Durante un evento público en el Quindío, el presidente Gustavo Petro lanzó un contundente mensaje a las disidencias armadas que operan en Calarcá, invitándolas a sumarse de forma real al proceso de paz total. El mandatario recalcó que es momento de dejar las armas y construir un país distinto, sin exclusiones ni violencia, y dejó claro que “las decisiones se toman ya”.
Desde Calarcá, una de las zonas con presencia de grupos armados residuales, el presidente Petro envió un mensaje directo a quienes continúan en armas. En su intervención, dijo: “A quienes se llaman disidencias, ¿van a seguir matando? ¿Van a seguir haciendo sufrir al pueblo? La decisión se toma ya. Entrar a un proceso de paz real o seguir en la violencia”. El mensaje no solo estuvo dirigido a las estructuras presentes en el Quindío, sino también a las de otras regiones, en un intento por consolidar su propuesta de paz total.
El mandatario reiteró que su gobierno mantiene abiertas las puertas del diálogo, pero advirtió que no permitirá dilaciones ni procesos ficticios. “No hay espacio para procesos simulados”, sentenció. Esta intervención ocurre en medio de múltiples tensiones por el incumplimiento de cese al fuego por parte de varias disidencias armadas.

Calarcá y las disidencias
Calarcá, ubicado en el departamento del Quindío, ha sido históricamente una zona de paso y presencia de estructuras armadas residuales, en especial de disidencias de las FARC. Aunque el conflicto ha disminuido en intensidad en comparación con otros territorios, organizaciones ilegales aún ejercen control en áreas rurales y participan en economías ilícitas como el microtráfico y la extorsión.
En los últimos meses, informes de inteligencia han advertido sobre reconfiguraciones internas de estos grupos en zonas como el Eje Cafetero, con tentáculos que van desde el Caquetá y el Meta hasta los corredores del Quindío. El mensaje del presidente busca precisamente evitar que estos núcleos armados se reorganicen y sigan sembrando violencia.
Paz total, llamados y tensiones
El gobierno Petro ha insistido desde el inicio de su mandato en la necesidad de una “paz total”, un enfoque que busca vincular en procesos de diálogo a todos los actores armados, desde guerrillas hasta bandas criminales. Sin embargo, esta estrategia ha enfrentado obstáculos como incumplimientos, asesinatos selectivos, y enfrentamientos armados en varias regiones.
El caso más reciente fue la suspensión del cese al fuego bilateral con el Estado Mayor Central (EMC) en el suroccidente del país, tras la masacre de indígenas en el Cauca. En este contexto, el nuevo llamado desde Calarcá adquiere una relevancia especial: Petro está marcando límites claros, pero también dejando abierta una ventana de oportunidad para quienes estén dispuestos a abandonar las armas.

Reacciones y expectativas
Organizaciones defensoras de derechos humanos y sectores políticos han respaldado el llamado, pero piden que se acompañe de acciones concretas en los territorios. Líderes sociales del Quindío señalaron que es urgente proteger a las comunidades que siguen expuestas a la presión armada y garantizar inversión social en las zonas rurales de Calarcá.
Por su parte, el alto comisionado para la paz, Otty Patiño, reiteró que “el proceso de paz no es un cheque en blanco” y que quienes quieran acogerse deben cumplir requisitos verificables y compromisos reales con la no repetición.
- El Quindío registró en 2024 un aumento del 17% en denuncias por extorsión en zonas rurales, según la Fiscalía.
- Se estima que al menos dos estructuras disidentes operan parcialmente en el eje cafetero, con nexos en el Valle y Tolima.
- La paz total involucra 28 iniciativas activas de diálogo en distintas etapas, incluyendo procesos con el ELN, EMC y bandas urbanas.













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