El reciente nombramiento del brigadier general Pedro Sánchez como ministro de Defensa ha desatado preocupación dentro de las Fuerzas Militares, debido a las implicaciones que podría tener en la estructura de mando y en la permanencia de altos oficiales en sus cargos. La designación de Sánchez, quien era parte activa de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), se realizó el 19 de febrero de 2025 en reemplazo de Iván Velásquez, quien dejó el cargo tras 30 meses en funciones.
De acuerdo con el mayor en retiro Jorge Castillo, la llegada de Sánchez al ministerio pone en riesgo la continuidad de al menos 27 generales, ya que, por jerarquía, los oficiales de mayor antigüedad en la línea de mando podrían verse obligados a retirarse. Castillo advierte que esta decisión podría responder a intereses políticos que afectarían la independencia de las Fuerzas Militares y debilitarían su operatividad en momentos críticos de seguridad para el país.

“La recomendación y solicitud respetuosa es que los oficiales continúen en sus funciones, los colombianos los necesitamos activos. Colombia está en peligro mientras los grupos terroristas sigan acechando a la población”, afirmó Castillo, agregando que esta medida podría afectar la capacidad de respuesta de la Fuerza Pública ante la creciente amenaza de grupos armados ilegales.
Sin embargo, ante la polémica generada, se conoció que el general Pedro Sánchez estaría contemplando su retiro antes de asumir formalmente el cargo. Según fuentes cercanas, esta acción busca evitar la salida masiva de oficiales y reducir el impacto dentro de la jerarquía militar. La decisión de Sánchez permitiría que los altos mandos permanezcan en sus posiciones, pero su retiro implicaría un período de espera de tres meses antes de asumir la cartera, lo que ha sido interpretado por algunos analistas como una señal de improvisación.

El exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón calificó el nombramiento como un error estratégico en un momento de alta tensión para la seguridad del país. “Esta designación da la impresión de no representar una oportunidad de progreso o avance, sino que es más deterioro y debilidad para las Fuerzas Armadas”, declaró Pinzón, señalando que la medida podría afectar la operatividad militar en un contexto de creciente inseguridad.
Desde hace más de tres décadas, tras el mandato del general Óscar Botero Restrepo en el gobierno de César Gaviria, no se veía a un uniformado en propiedad al frente del Ministerio de Defensa. Aunque en gobiernos anteriores, como los de Álvaro Uribe e Iván Duque, hubo encargos temporales a miembros de las Fuerzas Militares, el cargo ha sido ocupado tradicionalmente por civiles.
La incertidumbre sobre el futuro inmediato del Ministerio de Defensa sigue latente, mientras se espera una decisión definitiva sobre la posesión de Sánchez y sus posibles implicaciones en la cúpula militar.
















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