El Papa Francisco, de 88 años, sigue mostrando signos de mejoría tras siete días de hospitalización en el Policlínico Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral y una bronquitis por infección polimicrobiológica. Según el último parte médico, el pontífice no presenta fiebre, sus parámetros hemodinámicos son estables y continúa respirando de manera autónoma sin necesidad de oxígeno.
A pesar de su cuadro clínico complejo, Francisco ha mantenido su actividad laboral desde el hospital, revisando y firmando documentos, realizando llamadas y recibiendo a colaboradores cercanos. También se ha sabido que ha logrado levantarse de la cama y sentarse en un sillón para desayunar y leer.
La Santa Sede ha destacado que su corazón está reaccionando bien al tratamiento, lo que ha generado tranquilidad tras la preocupación inicial sobre la evolución de su estado de salud. En la tarde del miércoles, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, visitó al Papa y aseguró que lo encontró “lúcido, reactivo y con su característico sentido del humor”.
Mientras sigue su recuperación, el Vaticano mantiene la expectativa sobre su evolución y la posible fecha de su alta médica.

















Deja una respuesta