La Cámara de Representantes aprobó en primer debate un proyecto de ley que busca eliminar esta práctica en el país. La ONU advierte que, sin medidas urgentes, millones de niñas seguirán siendo víctimas en el mundo. Una sobreviviente cuenta su historia.
Primer debate aprobado en la Cámara de Representantes
El 26 de febrero de 2025, la Comisión Primera de la Cámara de Representantes aprobó en primer debate un proyecto de ley que busca erradicar la mutilación genital femenina (MGF) en Colombia. La iniciativa, presentada por las representantes Alexandra Vásquez, Jennifer Pedraza, Carolina Giraldo y la senadora Angélica Lozano, tiene como objetivo eliminar esta práctica, que persiste en la comunidad indígena Embera.
La representante Vásquez explicó que el proyecto tiene un enfoque preventivo y cultural, más que punitivo. “Imponer penas no ha sido efectivo en el pasado; en cambio, es necesario trabajar en un cambio cultural profundo para desarraigar prácticas patriarcales”, señaló.
El proyecto fue elaborado en conjunto con la Gran Nación Embera, el Ministerio del Interior y organizaciones de derechos humanos como Equality Now y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). En 2023, se registraron al menos 90 casos de MGF en Colombia, según el Ministerio de Salud. La práctica afecta a niñas desde un mes de nacidas hasta los 17 años, y aunque los registros son limitados, se estima que la cifra real podría ser mayor.
La aprobación en primer debate marca un avance en la lucha por erradicar esta práctica en Colombia, único país de América Latina donde se han reportado casos.

La ONU pide medidas urgentes para erradicar la MGF
El 6 de febrero, en el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, la ONU advirtió que, si no se toman medidas urgentes, 27 millones de niñas podrían ser sometidas a esta práctica para 2030. Actualmente, más de 230 millones de mujeres y niñas han sido víctimas de MGF en el mundo.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, calificó la MGF como “una de las manifestaciones más brutales de la desigualdad de género” y urgió a los gobiernos a acelerar esfuerzos para su eliminación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la MGF no tiene beneficios para la salud, pero puede causar infecciones graves, complicaciones en el parto, dolor crónico y traumas psicológicos.
Desde 2008, el Programa Conjunto UNFPA-UNICEF para la Eliminación de la MGF ha prestado servicios de prevención y protección a casi siete millones de niñas y mujeres. Sin embargo, solo siete de los 31 países donde esta práctica es común están en camino de erradicarla antes de 2030.
Guterres insistió en la necesidad de reforzar los movimientos globales para acabar con las normas sociales y de género que perpetúan esta práctica.

El testimonio de una sobreviviente en Colombia
Ana, una mujer Embera Katío de Risaralda, compartió su testimonio sobre cómo la MGF marcó su vida y la de muchas mujeres en su comunidad.
“Cuando nació mi primera hija, mi suegra se la llevó diciendo que la cuidaría mientras yo descansaba. Cuando me la devolvió, estaba lastimada y llorando sin consuelo. No entendí lo que había pasado hasta que crecí”, relató.
Ana explicó que la práctica, conocida en su comunidad como “la curación”, se realiza para evitar que las niñas sean “promiscuas” o “indeseables” para el matrimonio. Sin embargo, con el tiempo, comprendió que esto no es parte de la verdadera cultura Embera, sino una práctica impuesta en el pasado.
Después de conocer los riesgos y consecuencias de la MGF, Ana decidió que sus hijas no pasarían por lo mismo. “Con mi cuarta hija dije: ‘No. No vas a hacer esto’. Ese momento marcó un punto de inflexión en mi vida”, afirmó.
Hoy, Ana trabaja para concientizar a otras mujeres en su comunidad y promover el cambio. Sin embargo, ha enfrentado amenazas y resistencia, ya que la MGF sigue envuelta en secreto. “Nos han dicho que podemos ser castigadas si hablamos, pero no podemos callarnos cuando sabemos el daño que esto causa”, concluyó.

Un avance crucial, pero el camino sigue
El proyecto de ley en Colombia es un avance significativo en la erradicación de la MGF, pero aún queda un largo camino por recorrer. La educación, el empoderamiento de las comunidades y el apoyo institucional serán claves para erradicar definitivamente esta práctica.
Ahora, la iniciativa pasará a segundo debate en la plenaria de la Cámara de Representantes, donde se espera seguir avanzando en su aprobación. Entretanto, las voces de mujeres como Ana y las alertas de organismos internacionales continúan presionando para que esta violación de derechos humanos sea erradicada por completo.

















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